A veces solemos hacer cosas sin pensar en las consecuencias que éstas traen. Aguantamos con una sonrisa en la cara para disimular lo mal que estamos, pero en verdad queremos destrozar el mundo que ya se está desmoronando alrededor nuestro. Queremos tirar todo a la mierda y volar lejos de todo y de todos. Parece que hay rachas donde uno busca la perfección y encuentra exactamente lo contrario.
Estoy en uno de esos momentos, en que TODO me sale mal y no quiero ser yo.
miércoles, 30 de junio de 2010
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