sábado, 24 de octubre de 2009

Entonces, cuando sintió esa profunda necesidad de libertad, tomó un largo tren que no tenía destino alguno y aunque sabía que eso no la salvaría de sus problemas por lo menos tenía la certeza que la alejaría un poco de ellos, recuerdos oscuros, grises con olor a gastado. Cerraba los ojos e imaginaba caminar por un sendero de lavandas, recostada, contemplando a las nubes y sus formas. De pronto, ruido de vuelta. Recién ahí se daría cuenta de cómo sería el resto de su vida.

5 comentarios:

  1. Huir nunca será la solucion a ningún problema, supongo que en eso estaríamos de acuerdo.. Pero que lindo olvidarlos por un momento o mirarlos desde otra perspectiva.. Aunque sea sólo éso, un momento..

    ResponderEliminar
  2. The first day of the rest of your life..

    ResponderEliminar
  3. A veces dan ganas de tomarse un tren hacia ningun lugar, la verdad que sí.
    Un beso te agrego a mi lista de blogs, que me gustó :)

    ResponderEliminar
  4. No sé por qué pero de algún modo me siento de esa manera, querer escapar de todo e irme para alejarme, por un momento, ellos, solo un tiempo.

    ResponderEliminar