sábado, 10 de abril de 2010

Gente que anda por ahí suelta, que van y vienen, que no saben lo que tienen y tampoco lo que quieren, pero persiguen un mismo objetivo. La suerte no les golpea la puerta y se les derrumba su pequeño mundo no realista, se tiran a pensar y a machacarse su milimitrado cerebro para preguntarse por qué les tocó a ellos, nada es perfecto, siempre buscando algo más. No son conformistas, para pedir levantan la mano y para callar agachan la cabeza, maltratados por sus jefes, amas de casa desesperadas, familias no familias, y adolescentes sin rumbo. Todo es como una jungla donde la ley del más fuerte parece ganar, dejando a los pobres indecisios a dos vueltas de desventaja. Están en la suya y no les importa nada, salvo ellos, que sin saberlo están completamente hechados a perder, ya no sirven más, basura de otra generación. Temen perder y no saben que ésa es la única forma de ganar, que no es el más fuerte quien sobrevive, sino el más débil que se las ingenia para sobrevivir.
No les entra en su cabeza que todo pasa por algo, y no entienden que ése algo es muy parecido a lo que están buscando.

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