Sin pretender ni más ni menos me dispongo a escribir.
Le tiembla el pulso. No sabe que mierda decir, su boca se le seca y traga saliva para no quedarse sin el habla, que, evidentemente estaba ocurriendo. El interrogatorio era fuerte. Demasiado. El maldito policía no le daba chance de articular palabra alguna sin que le dejara picando otra pregunta, la cual no iba a saber contestar. Como un álbum de antiguas fotos se le vino una imagen en la cual recordaba su primer día como prostituta. No era fácil. No nunca fue fácil. El solo hecho de pensar que su cuerpo estaba siendo vendido y traicionado por si misma le repugnaba. En eso escucha que el que llevaba la punta del interrogatorio golpea la mesa y le dice: - Contestame Carajo! ¿Lo mataste o no lo mataste? en eso una voz sigilosa del interior de Ella sale y le responde con simples palabras: Quiero recuperar mi vida.
El policía se queda atónito.
Continuará...
Agustina
miércoles, 13 de mayo de 2009
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en que desembocara? te extraño, y ya me canse de decirtelo tetu
ResponderEliminarinteresante.
ResponderEliminarel año pasado empecé a escribir una disque novela respecto a las prostitutas...
interesante narración, que continue.