sábado, 7 de febrero de 2009

Aire


Ojos soñadores, con mirada constante hacia el futuro. Se proyecta ella misma como un barco en el medio del océano que va donde la corriente la lleve, cansada. Cansada de perder. Se mira a sí misma como una muchacha que nunca obtuvo lo que quiso aunque aun así dio todo por ello. Se arrepiente de que algunas veces no haya tomado las decisiones correctas pero dentro de ella sabe que de los errores de aprende, y llora. Llora por lo que podía haber sido, se pasa las horas y los días mirando ese álbum de fotos que tanto le hace recordar a él. Lo observa fijo y detenidamente y empieza a recordar sus ojos, su pelo, sus lunares que, increíblemente, podía decir cada ubicación sin mirarlo a la cara. A veces se sentía tan vacía que podría decirse que dentro de su cuerpo podían caber cien elefantes. Le encantaba caminar ligerito como si alguien la estuviera persiguiendo y ella negándose atrapar, y en esas caminatas que tardaban horas y horas le llegaban recuerdos que ni ella sabía que aun los conservaba y se le llenaban los ojos de lagrimas, intentando no desmoronarse otra vez, se secaba los ojos y contaba hasta tres. Nadie podía saber cómo era ella, nadie podía enterarse de que no era feliz.
Agustina.

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